En el Perú, es urgente ponernos de acuerdo sobre el futuro que queremos de cara al bicentenario.
Directora del Proyecto de Apoyo a la Gestión del Cambio Climático – Fase 2
El año pasado, el 70% de los nuevos conflictos registrados por la Defensoría del Pueblo fueron de carácter socio-ambiental. Muchos de ellos relacionados con el agua. Año a año aumentan los impactos en la disponibilidad de este recurso en todo el Perú por el cambio climático. Así, la perspectiva futura es preocupante debido a la alta vulnerabilidad frente al cambio climático de sectores ya conflictivos, como la agricultura y la minería. Por ello, no sorprende la mención del Presidente Francisco Sagasti, en su discurso de investidura, a “la catástrofe en cámara lenta, pero no tan lenta como creíamos, del cambio climático”. Dar solución a este problema debe ser prioridad absoluta en nuestro país y el mundo.
De acuerdo a nexos+1, plataforma de acción climática regional, la economía mundial camina hacia la descarbonización y la resiliencia, y el sector privado en particular cumple un rol crucial para alcanzar el objetivo global más importante: la carbono neutralidad al 2050.
En ese sentido, las energías renovables; el transporte masivo, eléctrico y cero emisiones; además de la promoción de soluciones basadas en la naturaleza, son tendencias que cobran cada vez más fuerza. El Foro Económico Mundial (WEF) ya habla de una “nueva economía de la naturaleza” que podría generar hasta $10.1 billones en valor empresarial anual y crear 395 millones de empleos al 2030. Por su parte BlackRock, la mayor gestora de inversiones del mundo, ya ha anunciado que votará en contra de los planes estratégicos de todas las empresas de las que es accionista, si no ve un progreso significativo en sus políticas de sostenibilidad.
El proyecto global Climate Action Tracker ha concluido que si los 127 países que firmaron el Acuerdo de París cumplen con sus estrategias de carbono neutralidad, el aumento de la temperatura podría ser de 2.1°C al año 2100. Esto, aunque insuficiente, es alentador, pues los escenarios más extremos nos hablan de aumentos de temperatura de más de 4°C. El estudio también concluye que es clave que todos los países del mundo refuercen sus compromisos climáticos al 2030 y planteen una estrategia al 2050.
En el Perú, es urgente ponernos de acuerdo sobre el futuro que queremos de cara al bicentenario. ¿Nos vemos a nosotros mismos como un país competitivo que cuida y pone en valor sus recursos naturales, o como un depósito de tecnología obsoleta con niveles crecientes de vulnerabilidad y conflictividad social? El reto es grande y el contexto difícil, pero nos tiene que guiar el optimismo. Tanto el Estado, como el empresariado y la sociedad civil tenemos la oportunidad de construir una visión holística sobre el rol de la gestión del riesgo climático, el capital natural y el cuidado del ambiente en las próximas décadas, en el marco del proceso de actualización de la Estrategia Nacional de Cambio Climático liderado por el Ministerio del Ambiente. ¿Te sumas a la transformación?
Nota publicada en:
El Peruano (06/01/2021), Perú 21 (23/01/2020),
El Comercio (28/01/2020), Gestión (28/01/2020).